miércoles, 19 de diciembre de 2007

El ídolo Jackson...


Cuando tenía como 8 años me gustaba realizar presentaciones teatrales en casa; organizaba un improvisado escenario, vestía al perro con ropa de muñeca y sombrero; disfrazaba a mi hermano con capa negra y corbata simulando una especie de vampiro procedente de algún extraño y muy lejano lugar y, aunque mi hermano lo niegue y sea una de esas cosas que es mejor no recordar y olvidar en algún baúl olvidado, fueron grandes momentos en que con algo de música de mazapán, cachureos y Michael Jackson presentábamos a nuestros incrédulos padres la mejor obra de todos los tiempos nunca antes hasta entonces realizada –según nosotros, claro-.
Ahora que recuerdo, después de mucho tiempo, pienso que cuando uno es pequeño no teme al ridículo, la sociedad es la que impone las reglas del deber hacer y el no deber hacer y en el camino cuando crecemos, a veces terminamos siendo absorbidos por esas tontas reglas.
Pero en todo caso son recuerdos, mis recuerdos, anécdotas para contar y recordar con aquella inocencia de mi niñez, la complicidad con mi hermano, las extravagancias que realizábamos y las estrafalarias y descabelladas historias que representábamos no exentas de inconvenientes, sobre todo cuando nuestro perro no estaba muy interesado en seguirnos la corriente.
Por entonces a Sebastián –mi hermano- y a mí, nos gustaba escuchar a Michael Jackson era nuestro ídolo, aunque no podría asegurar si comprendíamos a plenitud el significado de idolatría, solo nos gustaba escuchar su música y ver sus videos en “sábado taquilla”, sobre todo yo, que era mayor. Por entonces Jackson estaba en la cima de su carrera, era el rey del pop y todos querían imitar su famoso paso hacia atrás, era indiscutiblemente un ídolo con todas sus letras.
Lamentablemente hoy en día no hace noticia por su música sino por su vida privada y aún más por su apariencia física. Después de haber intervenido quirúrgicamente su rostro no se cuan infinidad de veces, cambiar el color de su piel, esta semana fue fotografiado en Nueva York por un paparazzi que logró sacarle “la foto” a Jackson lleno de parches quirúrgicos, un rostro inhumano, irreconocible, todo un personaje pero de una realidad bizarra. ¿Y el ídolo?.
Después de acusaciones de pedofília, comportamientos extraños en público y envuelto en noticias que nada tienen que ver con su música pensaba en aquel ídolo de mi infancia, y la verdad… aún lo admiro, pero admiro al viejo Jackson, no al de la farándula extramusical y es que a pesar de todo lo negativo me quedo con lo bueno y me pregunto ¿queda algo del viejo Jackson?, Michael Jackson murió cuando alcanzó la cúspide de su carrera, creo que es mejor pensar así y conservar lo positivo, porque hoy solo guardo lástima, compasión del fantasma de un niño explotado por su padre, un niño sin infancia que buscó serlo en la madurez y que erró el camino…
Mi ídolo murió el mismo día que las iluminarias dejaron de alumbrar el verdadero camino de su carrera.

No hay comentarios: